Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1888-1889 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 1 de diciembre de 1888
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. García Alix
Número y páginas del Diario de Sesiones: 2, 25-26
Tema: Reproducción del proyecto de ley constitutiva del ejército y del que declara no embargables los sueldos de los oficiales

Señores, no hay nada que empeore las mejores causas como el exceso de celo; y el señor García Alix ha tenido exceso de celo al reproducir apenas constituido el Congreso, un proyecto de ley cuya presentación se debe única y exclusivamente a la iniciativa del Gobierno. (Muy bien. -El Sr. García Alix pide la palabra), y que así como su presentación fue debida a que la juzgó conveniente el Gobierno, así el Gobierno podrá creer ahora conveniente o inconveniente su reproducción.

Además, yo entiendo que el Sr. García Alix no interpreta bien el artículo del Reglamento. Todo Diputado tiene derecho para reproducir aquellas proposiciones de ley que ya pertenecen al Congreso y que fueron de su iniciativa. (Varios Sres. Diputados: Todas, todas. -El Sr. Conde de Toreno: Se ha hecho constantemente). Puede hacerse, pero no se ha hecho nunca. (El Sr. García Alix: Muchas veces. Hoy mismo se ha hecho aquí). Y el Congreso en todo caso será libre para acordar si debe o no debe reproducirse. (El señor García Alix: Perfectamente). Porque, ¿qué consigue un Sr. Diputado con reproducir un proyecto del Gobierno, más que poner embarazo a la acción del Gobierno mismo? Yo no sé si se trata de este caso; pero figúrense los Sres. Diputados dónde quedaría la iniciativa del Gobierno y de cada uno de los Ministros, si saliendo uno de ellos del Gabinete, no estuviera conforme el que le sustituyese con su proyecto presentado por aquél, en todos sus detalles, en su desenvolvimiento, en su forma o en la manera de presentarlo, aunque lo estuviera en los principios generales. Pues si ese Ministro que ha sucedido al anterior no estuviera conforme con los preceptos, con el conjunto, con los detalles, con el procedimiento del proyecto presentado por su antecesor, ¿no comprende el Sr. Alix que reproducido un proyecto por un Diputado, se obligaba a aquel Ministro a abandonar el puesto, o a aceptar cosas que no son suyas y sobre las cuales no tiene convicción? ¿Y se puede hacer eso con un Gobierno?

Por consiguiente, sin que el Reglamento impida que un Sr. Diputado reproduzca los proyectos de ley que tenga por conveniente, siempre ha sido práctica que el Gobierno reproduzca los proyectos de ley que se debieron a su iniciativa, porque sólo él es el que puede comprender la importancia, la gravedad, la conveniencia o la inconveniencia de reproducir los proyectos de ley que antes presentó. ¿Qué se pretende? ¿Que se reproduzca el proyecto de ley de las reformas militares tal y como está, para que tal y como está se siga discutiendo? Pues yo declaro que el que eso pretenda no quiere las reformas militares. (El señor García Alix: Entonces, ¿por qué lo presentó el Gobierno? ¿Es que no quería las reformas?). Sí; pero el Gobierno las presentó en la idea de que no iban a ofrecer las dificultades que han ofrecido; y como la práctica de dos legislaturas ha hecho ver que tal como están seguiríamos discutiendo las legislaturas que faltan, y otras de otra diputación, sin que salieran adelante, y el Gobierno quiere las reformas militares pronto, y cuanto antes mejor, se propone reproducir el proyecto de tal modo que las reformas militares puedan ser ley antes de terminar esta legislatura. (Muy bien).

Y por eso el Gobierno dijo siempre que ésta no era ley de partido, que era una ley nacional, que debía oír la opinión de todos los partidos, y lo que es más, que quería transigir con todos los partidos. Pues el Gobierno se ha ido convenciendo de que para que todos los partidos ayuden a la elaboración de las reformas militares, es necesario, por lo menos, que se varíe en alguna forma el proyecto presentado; y si se ha de variar en alguna forma el proyecto presentado para sacar pronto adelante las reformas militares, es necesario no reproducirlo tal como está, sino por el contrario, retirarlo y presentarlo modificado. Pero de eso ha de ser juez el Gobierno y no un Sr. Diputado, siquiera sea tan importante y tan conocedor de estas materias como el Sr. García Alix. (El Sr. García Alix: Ni importante, ni conocedor: un Diputado modesto de la mayoría). Bueno; ésa será la opinión de S.S.; la mía es que S.S. es muy importante y muy conocedor de estas materias. (El Sr. García Alix: Tampoco pierdo nada con eso). Al contrario; porque al que se le llama importante, en lugar de perder, gana. (El Sr. García Alix: Por eso le doy las gracias a S.S.).

Por consiguiente, entiendo que, en efecto, un señor Diputado puede reproducir éste y cualquier otro proyecto de ley; pero me parece también que tratándose de proyectos debidos a las Cortes después de oír al Gobierno. El Gobierno verá, pues, lo que ha de resolver.

Lo único que puedo decir al Sr. García Alix, es, que el Gobierno (y para ello piensa contar con S.S. y con los demás individuos que componen la Comisión) va a buscar la forma de reproducir el proyecto que más fácilmente nos dé las reformas militares, sobre todo en los puntos que más directa e inmediatamente afectan al ejército y en los que hemos convenido todos que son de más urgente resolución, dejando otros que ofrecen motivo a larguísimos debates, para que se discutan aparte; porque no es cosa de embarazar lo fácil con lo difícil. ¿Quién es, pues, más favorable a las reformas? ¿El Sr. García Alix, o yo que quiero que se reproduzcan de manera que sean una verdad, un hecho, pronto, sobre todo en lo que más afecta al ejército y creemos todos que es de más urgente resolución?

Y después de esto, dejo al Congreso que resuelva lo que crea más conveniente. Pero de todas maneras el Gobierno tendrá siempre su derecho expedito para retirar el proyecto de ley; porque siempre, toda la vida, se ha reconocido ese derecho, nunca se le ha [25] negado a ningún Gobierno ni a ningún Ministro. De manera que, en último extremo, a juicio del Gobierno, resulta esto: ¿es que se reproduce el proyecto tal como está? Pues el Gobierno cree que, dada la forma del proyecto, las reformas militares no serían ley jamás. ¿Es que se trata de atar las manos al Gobierno para que no se hagan? No; porque si se reproduce el proyecto, el Gobierno lo retirará para presentarlo modificado, y si no pudiera retirarlo (y reproducirlo haría imposibles las reformas), como el Gobierno no puede atarse las manos, sobre todo en cuestiones como ésta, presentaría otro proyecto de ley, a lo cual no hay nada que se oponga. (El Sr. García Alix: Claro es que tiene ese derecho). Bien; pero es para decir a S.S. que no adelanta nada con esos apresuramientos. (El Sr. García Alix: Yo explicaré a S.S. toda mi intención y todo el alcance de mi propósito, puesto que no he hecho más que seguir una práctica repetida constantemente en la Cámara).

Yo creí que la sesión iba a terminar con lo que dispone el Reglamento, y que no habría tiempo para que el Gobierno pudiera reproducir ciertos proyectos de ley que tenía el propósito de reproducir. ¿Por qué no ha esperado el Sr. García Alix? ¿Qué le costaba a S.S. haber esperado a pasado mañana para ver cuál era la opinión del Gobierno? Por lo menos, me parece que S.S. ha andado un poco precipitado; en su derecho estaba, no lo niego; pero no creo que, dadas las relaciones que hay entre el Sr. García Alix y el Gobierno, pues al fin y al cabo S.S. es un Diputado de la mayoría y un correligionario, por tanto, del Gobierno, no creo, digo, que hubiera estado demás que S.S. hubiese hablado al Gobierno sobre las intenciones que tenía respecto al proyecto de ley de reformas militares. (El Sr. García Alix: Yo se le explicaré a S.S.).

Y no tengo más que decir, porque quiero oír la explicación de S.S., que me parece no ha de ser todo lo satisfactoria que yo deseara. [26]



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